jueves, 21 de enero de 2016

Beijing, la capital de la RPC

     Tras haber descrito mi tour por Italia, he pensado en hacerlo ahora sobre otro país donde también he visitado varias ciudades hace un par de veranos. Se trata de la República Popular China. Una gran diferencia que hay entre las ciudades europeas a las que estamos acostumbrados y las orientales es la población, por la que es normal que sean mucho más densas y de mayor tamaño. Así que comienzo por la capital, Pekín. Con 21.150.000 de habitantes es considerada una de las ciudades más pobladas del mundo. Es realmente grande: una manzana de Pekín podría compararse con un barrio entero de tamaño grande de aquí. A su vez, la diversidad de edificios que hay hace que al lado de rascacielos impresionantes (como la Sede de la Televisión Central de China) hayan chabolas y edificios de menor tamaño. Además cuenta con parques impresionantes y más zonas verdes.
     Hablando de parques, mi favorito -después de Central Park en NY- es el Beihai. La mayoría de la superficie de este jardín imperial (abierto al público en 1925) está ocupada por el lago que le da nombre, sin embargo dispone también de pabellones tradicionales y algunos templos de gran belleza. Sus nenúfares son preciosos, y sus árboles y puentecillos también. Mi consejo es dar un paseo por la orilla del lago y subir hasta la cima del parque para disfrutar de una maravillosa vista del lago y de los edificios de Pekín al fondo.
   Cerca del parque ya comentando se halla la plaza más grande del mundo (880x500), que fue construida en 1949 tras la proclamación de la República Popular China y donde hubo protestas en 1989: la plaza de Tiananmén. El edificio más importante de la plaza es sin duda la Puerta de la Paz Celestial, desde donde Mao Zedang proclamó la fundación de la república. Es además la puerta de entrada a la Ciudad Prohibida. Otros edificios destacables de la plaza son el Museo Nacional de China y el Gran Palacio del Pueblo (sede del gobierno).
   En cuanto a la Ciudad Prohibida, es el majestuoso complejo arquitectónico desde el cual gobernaron los 24 emperadores chinos que se sucedieron durante más de 500 años desde principios del siglo XV, desde la dinastía Ming hasta el final de la Qing. El palacio y sus dependencias estuvieron reservados para la corte y sus súbditos desde su construcción el el 1420 hasta 1949, de ahí su nombre. De sus edificios destaca el Palacio de la Suprema Armonía. De hecho, un dato curioso de la ciudad es que posee una gran armonía numérica basada en los números impares, especialmente el 9. Así, posee 9.999 estancias y las puertas de uso imperial están decoradas con 81 tachuelas (9x9).
     Pero no nos podemos olvidar de la Gran Muralla China, una de las Siete Maravillas del Mundo y el símbolo más representativo de China. Al realizar esta visita, primero visité un taller de cloisionné. Se trata de una antigua y exquisita técnica de orfebrería para decorar objetos trabajados en metal. Su origen se encuentra muy probablemente en el Medio Oriente, pero fue en China donde alcanzó un brillo indiscutible y hoy es conocida en todo el mundo. Una vez en la muralla, puedo decir que subí un tramo bastante grande. Empezó a construirse en el siglo V a.C. y fue reconstruida hasta el siglo XVI para proteger al Imperio chino de los continuos ataques de los nómadas xiongnu de Mongolia y Manchuria. A pesar de sus increíbles dimensiones, y de contar con 8.851,8 km de longitud por montañas, desiertos y llanuras, fue atravesada por los mongoles en el siglo XIII y por los manchúes en el XVII. La muralla se considera además como uno de los cementerios más grandes del mundo, ya que alrededor de 10 millones de trabajadores murieron durante su construcción.
     Como cualquier ciudad, el casco viejo siempre es un lugar curioso de ver. En el caso de Pekín, una visita por el hutong de Jinsitao en triciclo es una buena idea para ver los barrios tradicionales de la ciudad, donde la gente lleva un ritmo de vida más austero.
     Por otro lado, no se puede perder uno un espectáculo acrobático chino, los cuales tienen unos 2.000 años de tradición. En mi caso fui al Teatro Tian Di, donde realmente te cuestionas tus condiciones físicas al ver a estos acróbatas profesionales subir por torres de sillas, ir 12 en una bicicleta o usar platillos y demás instrumentos. Otra obligación es probar el pato laqueado a la pekinesa, una de las especialidades chinas. La historia de este plato se remonta a la Dinastía Yuan (1206-1368) y ya a comienzos del siglo XV era el preferido de la familia imperial Ming.
    Siguiendo con las tradiciones, el templo del Cielo es uno de los mayores recintos sagrados de China. Construido durante el reinado de la dinastía Ming, era el lugar en el que el emperador realizaba sacrificios para dar las gracias al Cielo por los frutos obtenidos y rogaba por las futuras cosechas. El templo se encuentra ubicado en un parque muy agradable que muchos ciudadanos chinos utilizan para practicar tai chi, jugar a las cartas, volar cometas o participar en concurridas clases de baile.
    Utilizado como jardín imperial por varias dinastías, el Palacio de Verano se convirtió en un agradable refugio que la dinastía Qing utilizó para escapar de los calurosos veranos de la Ciudad Prohibida. Con una extensión de más de 290 hectáreas, está dominado por el lago Kunming (ocupa una tercera parte del terreno). En torno a la calma y la tranquilidad transmitida por el lago se suceden infinidad de templos, palacios y jardines que conforman un completo placer para los sentidos.
     Aparte de todos los palacios y templos tradicionales, una visita al distrito 798 Art Zone es un paseo muy occidental. Hay un montón de galerías de arte y numerosos restaurantes.
     Por último, los últimos sitios que recuerdo haber visitado son el Templo de Confucio y el Templo de Yonghe, donde tuve la oportunidad de quemar algo de incienso.

Vistas de Pekín desde la cima del parque Beihai
Parque Beihai
Puerta de Tian'anmen
Plaza de Tiananmén
Palacio de la Suprema Armonía, Ciudad Prohibida
Jarrón de cloisionné casi terminado
Acabado final de un jarrón de cloisionné
Escalinata de la Gran Muralla China
Gran Muralla China
Vistas desde la Gran Muralla
Comida típica china

Hutong de Jinsitao

Acróbatas del Teatro Tian Di

Manera tradicional de comer el pato laqueado
Parque Beihai
Templo del Cielo
Lago Kunming, Palacio de Verano
Barco paseo en el lago Kunming
Lago Kunming, Palacio de Verano
Sede de la Televisión Central de China
798 Art Zone
Templo de Confucio
Templo de Yonghe
Quemando incienso en el templo de Yonghe




jueves, 14 de enero de 2016

La ciudad de los canales, Venezia

     La última ciudad de mi tour por Italia en el verano del 2011 fue Venecia. Todos hemos oído hablar alguna vez de ella, y es que la ciudad de los canales es única. Está situada en el norteste de Italia, siendo la capital de la región véneta. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco,  se encuentra situado en el conjunto de las islas más grandes de la laguna de Venecia en el norte del Mar Adriático.
     El simple modo de cómo llegar a la isla es increíble. La única forma terrestre es a través del Ponte della Libertà. Una vez allí, te encuentras en una isla totalmente peatonal. El medio de transporte veneciano por excelencia es el vaporetto, que se trata de un autobús acuático. A menudo es más rápido desplazarse a pie, pero es indispensable coger el vaporetto, aunque sea para descansar los pies o para ir a un lugar un poco más lejos. Hay 15 líneas con embarcaciones de diferentes tipos: lanchas, motonaves y los auténticos vaporetti. Por otro lado, el taxi acuático veneciano es muy cuqui, pero sus precios son bastante elevados. Aunque me hubiera gustado, no tuve la oportunidad de darme una vuelta en taxi.
   A lo que iba. Al llegar a Venecia lo primero que se visita es la piazza San Marco, considerada además la única como tal. Las demás espacios abiertos se llaman campos o campielli (si son más pequeños y están rodeados de casas). El motivo de su nombre es porque antiguamente los venecianos usaban estos espacios para cultivar.
    En cuanto a la plaza de San Marcos, allí se encuentra la basílica de San Marcos, una majestuosa catedral -personalmente, una de las más bonitas que he visto-. Es el resultado de una inmensa cantidad de estilos, teniendo en cuenta que se empezó a construir en el siglo IX -cuando los restos del patrón de la ciudad fueron traídos- y padeció destrucciones (976), reconstrucciones (1063) y modificaciones hasta los siglos XVII y XVIII. En su exterior, hay que observar atentamente los cuatro caballos de San Marcos encima de la puerta central, los bajorrelieves de la arquería central, los mosaicos de la fachada, los del Baptisterio y los Tetrarcas, mientras que dentro destacan el retablo de oro, el Tesoro, los mosaicos del atrio y las cúpulas de la Ascensión y de Pentecostés. Es definitivamente una obra maestra de la arquitectura bizantina en el Véneto.
   A su vez, junto a la catedral se encuentra el campanile de San Marcos, un tipo particular de campanario, exento e independiente del templo desde donde se puede obtener una maravillosa panorámica de la ciudad. Asimismo, otro símbolo de la Venecia es el Caffè Florian, considerado la café más antiguo de Europa. Fue abierto en 1720 por Floriano Francesconi como Alla Venezia Trionfante. Sin embargo, la clientela lo renombró en honor a su dueño. Este elegante edificio se distinguió por sus productos exclusivos y por sus clientes: aquí se reunían nobles, políticos, intelectuales y don juanes, protagonistas de su tiempo, como Carlo Goldoni, Giacomo Casanova o Gabriele d’Annunzio. Hoy conserva el encanto de los tiempos vividos. Con sus arquitectura, fruto de restauraciones y modificaciones, las salas decoradas en distintos estilos (las más famosas son la Sala del Senado, la Sala China, la Sala Oriental y la Sala de los Hombre ilustres) y su interior del siglo XIX, el local es un importante centro cultural donde se organizan exposiciones, encuentros, instalaciones... A pesar de tener precios pocos asequibles, un café expreso aunque sea en la barra sienta muy bien.
     Por otro lado, cuando estuve en Venecia realicé una visita a una fábrica de vidrio de MuranoEl nombre de Murano está totalmente asociado al vidrio y al cristal, ya que ha sido históricamente el mayor centro de producción de cristal y vidrio de Europa. Fue a finales del siglo XIII cuando las fábricas de cristal que había en Venecia fueron forzadas a desplazarse a la isla de Murano para evitar el peligro de incendio debido a la concentración de cristaleras. Es un arte realmente impresionante puesto que el artesano, al soplar por un tubo una burbuja de vidrio fundido a 1.200º y con la sola ayuda de pinzas de hierro y giros a gran velocidad, crea las formas de elementos decorativos como jarrones.
    Como detalle final, el paseo en góndola por los maravillosos canales es indispensable. Un momento de relax después de haber pasado el día caminando por las calles y demás puentes, como el de Rialto (que cruza el Gran Canal de Venecia).




Piazza San Marco
Campanile de San Marcos
Basílica de San Marcos
Caffè Florian


Caballo de murano



I Gesuiti

Ponte di Rialto
Gran Canal de Venecia